jueves, 24 de mayo de 2007

Polizones del cuarto número de 13 TRENES: Esther Lapeña y el esperado "Cavalo Morto" de Lêdo Ivo


POLIZONES

Ser polizón
es compartir
la carga del tren

Subir
a su corazón

una noche
a escondidas

para dormir

al fin
descansar

sin tener

que pagar
el precio

de la huida.







CAVALO MORTO

A Xavier Placer

En Cavalo Morto las muchachas acostumbran a pasear con los soldados. Y después a amar. Surge entonces un despropósito: ellas, tras el amor, bordan en las nubes, con un alfabeto azul y blanco, los nombres de sus pretendientes: José, Antonio, Manuel, Juan.
Las muchachas vuelven más jóvenes de esos amores en el matorral. Vuelven intrépidas, excitadas por el brebaje de la luna. Y para ellas no hay exigencias, cobardías, acontecimientos. Hay los soldados del batallón.
En agosto, enero y aún en septiembre, las muchachas aman en Cavalo Morto. Pasan abrazadas a sus amantes y dejan en la arena del camino alguna cosa, espuma o gasa. Los soldados no saben hacer sonetos, pero ¡cómo aman!
Por la noche Cavalo Morto nunca está despoblado. Y si usted para un día y oye voces y risas y jadeos amorosos, no se asuste con miedo fantasmal. Son las muchachas amando a los soldados en Cavalo Morto.

(versión traducida por Amador Palacios)

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