EL RÍO ROJO
Era una niña,
y no repararon en mí,
cuando todo empezó
me fui asustada a la otra orilla,
junto al granado,
desde allí vi cómo hombres disfrazados
rompían los tambores, las flautas
y los violines sobre sus rodillas,
uno de ellos reía tan salvajemente,
que comencé a sangrar del oído izquierdo,
luego, una vez destruidos todos los instrumentos,
comenzaron con las partituras y los músicos.
En un momento debí de perder el conocimiento,
mi sangre tiñó el río del color del granado.
Más tarde cuando desperté,
toda la ciudad había sido reducida al silencio,
y yo me había convertido
en el río rojo que había visto morir a la música.
____________Julia Otxoa (San Sebastián, 1953)
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